Lactancia materna: un seguro de armonia dentofacial.

La lactancia materna juega un papel decisivo en la formación del aparato masticador humano.

 Grandes eminencias de la escuela odontológica europea, como Dandoit, afirman que "el mejor instrumento de ortodoncia es la propia musculatura bucal del niño". Lamentablemente este desarrollo se ve afectado en los últimos años ya que la lactancia ha perdido importancia debido al ritmo de vida, presiones sociales o simplemente falta de información a la madre.

El niño con la succión crea una presión negativa dentro de la boca, así puede deformar la mama y el pezón para alimentarse. Por otra parte, la mama al ser deformada tiende a salirse de la boca del niño, lo que provoca una fuerza que tira de la mandíbula y el maxilar del niño hacia fuera.

  Entre los 3 y 5 años la parte anterior del aparato masticatorio alcanza su definitiva dimensión, y para que esa dimensión sea la adecuada es preciso la actividad de succión que el niño ejerce al mamar y la morfología característica de la mama. Si privamos al niño de realizar este ejercicio, la parte anterior de la mandíbula y del maxilar reducen su tamaño, reduciéndose el futuro espacio para el sistema masticatorio definitivo. ¿Te has fijado en la dentición de un niño de 5 años? y si es así, ¿cómo tenía los dientes? si estaban alineados y sin espacios libres entre ellos, podéis apostar que los dientes definitivos saldrán apiñados y sin espacio suficiente.

Niña de 2 años que todavía mama.

  El siguiente paso a la falta de lactancia materna es lo que conocemos como síndrome de malposición dental, que  reflejará una disarmonía dentomaxilar por falta de espacio. Para que no ocurra esto, debemos de mantener el amamantamiento hasta los dos años mínimos. Se lo que pensáis, ¿2 años? si te dedicas sólo a cuidar a tu hijo puedes hacerlo, pero el ritmo de vida actual lo impiden. Es por esto que esta plaga (en algunos países se da hasta en una 90% de la población) se da en países industrializados. En países del tercer mundo este síndrome es prácticamente inexistente.

  Si hemos llegado al punto en el que el problema de desarrollo ya esta instaurado, ¿cómo lo combatimos?
 La escuela americana espera a realizar el tratamiento una vez que ha finalizado el desarrollo (12 años) donde se combinan ortodoncias, exodoncias y cirugías agresivas que redistribuyen las piezas a su posición más adecuada.
 La escuela europea aboga por la prevención. Para ello, se realizarán radiografías que nos ayudarán a conocer el recorrido de las piezas definitivas y se procura su ubicación más adecuada en relación a los maxilares. El principal instrumento ortodóncico es la musculatura masticatoria. De esta manera el tratamiento será más fácil, corto y de bajo coste.

  No vamos a cambiar el ritmo de vida obligando a las mamas a dar de mamar a sus niños, pero si la opción de realizar el tratamiento a edad temprana y no en edad adulta. Consulta con un buen odontopediatra.