Suspenso en prevención

 Cuando entras en este campo, el odontológico, es inevitable fijarse con mas detalle en las bocas ajenas: manchas dentales, fumadores, apiñamiento, color de encías, etc...y precisamente así, observo la dejadez y el pasotismo de la salud e higiene de gente realmente joven. Con demasiada frecuencia veo chavales de menos de 30 años con más de una exodoncia.

No hablo de barrios marginales, ya que donde resido es una zona que llamamos "bien" de Madrid, hablo de personas con un trabajo (cosa que hoy en día parece un artículo de lujo), con una educación en todos los aspectos de la palabra, en definitiva, gente que tiene una buena higiene de su cuerpo. Pero la boca parece algo de otra dimensión, como si sus cuidados no dependieran de ellos.

Pienso, a veces demasiado, en la crisis. Los tratamientos que se realizan cada vez son mas multidisciplinares (odontología conservadora, periodoncia, ortodoncias, estética,..) y mucho más engrosados a nivel presupuestario. Precisamente en este momento nos preocupamos más de estirar el euro simplemente haciendo la compra, poniendo caldo al coche o pagando las actividades de los más peques. Es cierto, la salud dental queda mucho más apartada para la población.

¿Qué falla? Hay una gran falta de concienciación general sobre la importancia de la higiene oral. Somos pocos los que empleamos nuestro tiempo en cepillarnos a conciencia y realizar las revisiones anuales.

Está claro que es algo que tiene que cambiar. Quizás deberíamos dejarnos de tanto colutorio antiplaca o pasta de dientes que combate todas las enfermedades habidas y por haber, y preocuparnos porque la población aprenda a usar el cepillo y conseguir una buena y eficaz técnica de cepillado.

Siento que este artículo no esté tan elaborado como otros, pero ha sido un impulso que he tenido por la indignación de toda esta situación.